sábado, 24 de septiembre de 2011

EL SACRIFICIO DE LOS FUNCIONARIOS


Leo en la prensa el ataque del presidente de la CEOE a los funcionarios y recuerdo como en los boletines oficiales aparecen regularmente estas siglas junto a las de los autocalificados y súper institucionalizados sindicatos de clase UGT y CCOO para repartirse millones en subvenciones de formación para formar no sabemos bien si a los futuros parados o a los cada vez menos afortunados que tienen trabajo. El señor Rosell pide que si a ellos le aumentan los impuestos también lo hagan a los funcionarios; total, somos unos privilegiados por tener un trabajo de por vida; que se lo digan a los profesores funcionarios interinos que van a echar.

Parece que haya que culpar de esta situación al colectivo de los empleados públicos.

¿Acaso los dioses de los mercados se calmarían sacrificando regularmente a algún funcionario mientras el personal roselliano babea de satisfacción?

Parece que me debería considerar afortunado por ser funcionario, aunque yo debo ser tan desagradecido que así no lo entiendo. Soy humilde pero puedo mostrarme orgulloso al decirles que lo que tengo no se me dio y no debo nada a nadie, mi puesto de trabajo lo conseguí únicamente por mi esfuerzo. Supongo que el pretendido desprecio social deriva del pecado de no nacer en una familia bien situada socialmente, no heredamos empresas, ni teníamos padrinos políticos o alguien que nos colocara. Por ello merecemos un castigo, ¿es esa la idea de sociedad de los empresarios de este país o la del señor Rosell? Explíquenme donde está la gracia y razón de que a cualquier ingeniero funcionario de la Junta de Andalucía le sea incompatible el poder ejercer como empresario o practicar la libre profesión y que, por tanto, no puede por ello tener otros ingresos, lo que le lleva a que frecuentemente tiene que cobrar menos que uno de aquellos albañiles o fontaneros de los que te preguntan después de hacerte una chapuza en casa, con IVA o sin IVA; por no hablar del sarcasmo de que un administrativo de UGT enchufado en la fundación pública FAFFE cobre más sin aprobar una oposición; o que cualquier cargo político, que puede ser tu propio jefe, no sólo no tiene incompatibilidad para ser empresario potencialmente defraudador sino que además puede sumar cargo tras cargo y sueldo tras sueldo recibiendo además dietas hasta por salir en la procesión de Semana Santa. No quiero que se olvide que el poder tiene dos patas fácilmente confundibles, una política y la otra económica y, fíjense que casualidad ¿donde están ahora los dos anteriores líderes políticos de la derecha y la izquierda, los presidentes de nuestra nación? Y cómo están en Italia con el empresario Berlusconi. ¿No son los empresarios responsables de sus actos, de los sueldos de sus empleados? Entonces ¿Por qué será que no empiezan pidiendo similar responsabilidad a los cargos políticos? Aún espero escucharles exigir que el nombramiento de los altos cargos obedezca siempre a mérito y capacidad como es preceptivo con todos los funcionarios públicos; me gustaría no oírles criticar el gasto de mantener plantillas supuestamente elevadas de funcionarios de la Administración General y sí criticar directamente a esos Ayuntamientos y Diputaciones que pagan a sus funcionarios sueldos que doblan o triplican a los del Estado o Junta de Andalucía, en lugar de eso les gusta meternos a todos en el mismo saco; digan claramente que en donde hay que recortar gasto es con los miles de asesores externos, choferes, y personal de la administración paralela a donde van a colocar a los suyos los partidos en el poder con sueldos y prebendas superiores a los de los altos cargos de la Administración.
Como se explica que no digan que lo que faltan son funcionarios honestos e independientes con dedicación pública, y sobran enchufados serviles al partido; qué no exijan que la Administración como ellos hagan más con menos, no critican el despilfarro, no asumen una autocrítica por ser muchos empresarios coparticipes de la politización de las administraciones al buscar el trato de favor ante las administraciones, rompiendo el principio de igualdad que marca la constitución. Tampoco he visto a la CEOE hacer la autocrítica de reconocer haber sido elemento fundamental, indispensable, y muchas veces alentador de la corrupción política; del elevado fraude fiscal que afecta a su colectivo no sé si únicamente porque pueden o dado que se da por cierto que mientras Dios creó a los funcionarios dotados para la holgazanería a los empresarios los dotó para defraudar al fisco.
Supongo que todas estas preguntas esconden una misma cuestión, los poderosos en las sociedades como la nuestra, ya sean cargos políticos o empresarios, aún tienen ciertas limitaciones, cortapisas para tener todo el poder: un grupo de funcionarios públicos independientes.
Las declaraciones del presidente de los empresarios forman parte de la soterrada e insidiosa campaña de desprestigio de lo público, de lo legal, de la igualdad entre ciudadanos, que está detrás de esta manga ancha para los ricos y poderosos en detrimento del resto de los ciudadanos. En un estado democrático, social y de derecho como dice nuestra Constitución, la Administración es un instrumento para conseguir que el poder de los favorecidos tenga sus límites; el ciudadano debería de darse cuenta que la sociedad ha creado en la separación de poderes y en la independencia de los funcionarios públicos las herramientas para frenar los abusos de los poderosos. Desgraciadamente el conformismo imperante debilita a esta sociedad, somos como esos corderos mansos movidos al unísono por la voz del pastor, temerosos de separarse (en soledad) de los límites del rebaño marcados por los perros y lobos.

El buen ciudadano aprende a conformarse con la sensación de libertad que nos da el poder elegir lo que echamos en el carrito del súper, a sentir el poder que te otorga el mando a distancia de la tele. En lo superficial disponemos de un poder grande que contrasta con el que cada cuatro años tenemos para elegir entre unas listas de individuos e individuas que no conoces a pesar de los millones en publicidad electoral. Por lo demás las promesas son siempre las mismas, se ponen muy estupendos. Tú, no votas a nadie, sólo miras unos símbolos o unas siglas en el encabezamiento de la papeleta, quizás puedas pensar en alguien que raramente esté en tu circunscripción, y sin más coges la papeleta y la metes en la urna. No conoces ni de oídas a la mayoría, y aunque les votes no van nunca a mostrar interés en saber que es lo que piensas de la gestión pública, de las leyes que se pueden llevar al parlamento, para ellos no eres mas que parte del ganado al que hay que engatusar y que religiosamente pagamos con nuestros impuestos sus altos sueldos y beneficios sociales.
Tampoco te puedes plantear que pueda ser distinto, pues estos que tú crees que votas, estos señores y señoras van a obedecer a quien le puso en la lista, que no has sido tú, sino el partido ¿y a quien obedece el partido?

En las grandes tomas de decisiones, los gobernantes olvidan quien les votó, la ideología, y obedecen al poder de entes impersonales a los que deben respeto. Es el poder de los eufemísticamente llamados "mercados", una sumatoria de intereses que ejerce una labor metódica y constante a través de los medios políticos y de comunicación. Presionando siempre en el mismo sentido, su persistencia de baja intensidad hace que sea para la mayoría imperceptible, controlan la Administración y controlan los medios de comunicación,
El sistema parece perversamente meticuloso, ataca donde puede hacer más daño público, desprestigiando a la justicia y especialmente a la del Contencioso Administrativo, saturada de trabajo por la falta de medios y personal. Ha lastrado con cantidades similares de incompetencia y tozudez a la Administración General para volver incapaces a los funcionarios, para así justificar ayudas externas que encarecen y dificultan aún más la eficacia de la Administración; también saturados están los centros públicos de enseñanza obligatoria, desprestigiados, minusvalorados socialmente sus profesores haciendo que no valga para nada su esfuerzo sino es el de pasar la mano para que en las estadísticas se maquille el fracaso escolar, potenciando aún más que el nivel de nuestros escolares quede a la cola de Europa. Se recorta en la educación de nuestros hijos, pero no se impide el agujero de las televisiones y radios autonómicas y locales que ya solo falta que administren drogas a nuestros hijos para hacerlos más estúpidos, como por otro lado quizá ya hayan conseguido con los votantes pues, no se entiende que haya paz social con tanta desafección con los servidores públicos, tanto apego a la tele basura, tanta mediocridad intelectual en los políticos, tanta chulería, tanta moral rastrera, tanta prostitución de las ideologías políticas, tanta hipocresía de servicio público apesebrado, tanto lujo y boato cateto, tanto paniaguado en los entes públicos, tanto payaso en el circo político-mediático en que se han convertido los parlamentos, el inútil senado, tanta diputación y ayuntamientos de reyezuelos y cortijeros con cohorte de lameculos y bienpagados… Mientras, las arcas públicas se desangran con los fuegos de artificio administrativo, lavados de imagen con dinero público, millones en subvenciones para amansar a los sindicatos, regalías a los medios de comunicación, a los mismos periodistas, para maquillar la ineptitud, la mediocridad del poder, cubrir el fracaso de una sociedad de la apariencia. Todo esto es lo que se transmite a la sociedad, a nuestros jóvenes, para perversamente, después de enseñarles el poco interés que deja el estudio, señalarles el camino del triunfo mediante la impostura, la falsedad, el cinismo y la sumisión a los grandes poderes formales: PSOE S.A. y PP S.A. Que han politizado a la Administración como instrumento propio del partido y llegado más allá utilizando el poder ejecutivo para infiltrarse en los poderes económicos a través de las cajas de ahorros, a través de las empresas públicas en las que se colocan a personal de currículo “de partido” sin importar su competencia, su merito o capacidad.

No me extraña que parezca acaba la labor de servicio público de nuestros presidentes Felipe González y Aznar. Me pregunto cuándo se acabó este servicio público.
¿Realmente sienten que ahora trabajan para negocios distintos?