miércoles, 24 de octubre de 2012

El parecido y la realidad.

La sociedad del consumo se ha convertido en una suerte de juego del timo, un lugar en el que ganar es cuestión de ser listo. Las leyes, esas que emanan del pueblo, a veces parecen estar medidas para dejar la ventaja a los poderosos y la indefensión al pueblo. Será porque las leyes no emanan del pueblo sino del mismo poder económico, de esos señores que no sé si son inteligentes pero de listos... mucho saben. Podría hablar de los abusos de las grandes compañías de telefonía o lo más sangrante ahora mismo, la banca. Pero prefiero ir a cosas sencilla, como los alimentos. El etiquetado no dice siempre el contenido, si lo que se permite aquí se permitiera en ciencia o tecnología aún estaríamos en las cavernas. Veamos, el zumo de naranja embotellado de toda la vida era... mentira. Bueno eso ya lo sabíamos que le llamábamos "zumo" al "néctar". Claro que luego te quedas pensando ¿qué es ese néctar? Pero pongámonos en el momento actual. Sobre mi mesa hay una botella de zumo de uva, bueno eso creía hasta que se lee: "procedente de concentrado". Ah! Muy bien, ahora ¿qué es el concentrado? Hace tiempo la leche de vaca era leche, sin más. Luego alguien nos hizo dudar. ¿Acaso decir "leche" es como decir una marca comercial? Si lo que nos venden como leche no es exactamente lo que sale de vaca, ¿entonces porque no lo llaman de otra manera? Recordaré como una conocida política con hija celiaca descubrió que en la leche, ¡había gluten de los cereales! La defensa que hacen de los consumidores nuestros legisladores parece ser un tanto distraída (me muerdo la lengua). Hay algunos productos emblemáticos de España a los que quitarles calidad es más que ofender al pueblo, es perjudicar la marca de nuestros productos en los mercados más exigentes, y a la imagen de calidad de nuestros productos como: ciertas conservas, el aceite de oliva o el jamón ibérico. El aceite de oliva es como una mancha en la historia reciente de España, de lo que pudo ser y finalmente fue. ¿Qué pasó por España, que pasó entre nuestros gobernantes, desde que empezó a fomentarse el aceite industrial? ¿Qué fue del síndrome de la colza? ¿Qué se hizo por el sector, por la seguridad alimentaria, por la calidad? En todos los pueblos se consumía el aceite de oliva de la almazara, luego empezamos a comprarlo embotellado de las multinacionales y sí, claramente ponía que aquello era "aceite de oliva" aunque estaba tan insípido que la gente empezó a pensar que para lo que costaba era mejor comprar aceite de semillas. A día de hoy ¿cuánta gente sabe que significa aceite de oliva virgen? Y allí habrá bachilleres y señores y señoras licenciados que siguen sin saberlo. Del asunto de los productos ibéricos, casi prefiero no hablar, pues me parece una estafa descomunal. Propongo que la carne de ternera, de vaca lechera vieja, la de pollo, la de caballo, burro y la de cordero a partir de ahora se llamen igual: carne. Que ya todos los aceites sean sólo "aceite" para que no haya discriminación, no se sientan ofendidos los exportadores de aceite de palma. Y los cochinos serán todos cerdos, así, el mercado será más simple, quizá llegue un día en que todas las marcas sean iguales o sólo haya una marca. Tal vez sólo haya hamburguesas de "carne" o "vegetarianas" lleven lo que lleven, pues hay que dar salida a los restos que no se van a poder vender. Así, todo picadito no se ve el origen, eso sí en los restaurantes caros seguirán existiendo esas delicatesen que ahora llamamos solomillo o entrecot, aunque esto también es adulterable, ya sea vía genética, enzimática o ya veremos... que las mentes pensantes por los negocios piensan más que las mentes pensantes por la ciencia. No se inquiete pero, recuerde, hay más gente y dinero dedicado para pensar como timarle que dedicados a curar las enfermedades.

sábado, 28 de julio de 2012

SERVIRSE DE LO PÚBLICO

Siempre he mantenido que no se podía sostener la idea de que en España "todos los políticos son iguales", ya saben a que "virtudes" me refiero. Es cierto que personajes desvergonzados usan lo público para provecho propio, eso es aquí y en cualquier democracia; pero siempre he creído que existen muchas personas que se entregan a sus ideales democráticos de forma desinteresada y que son estas personas las que han conseguido el progreso social, esos logros de los que ahora se habla tanto de recortar. No es que quisiera no caer en el pesimismo, en el vicio de verlo todo negro; sino que pretendía ser moderado en mi planteamiento, ya que la experiencia nos enseña que incluso entre la mierda salen flores. La cuestión es que ahora, en la que por mi trabajo dispongo de más información de primera mano que la mayoría de los ciudadanos de este país, se me acaban los argumentos para defender a los políticos. Las pruebas en contra son abrumadoras. Sinceramente, desde mi posición como funcionario de carrera en la Administración Andaluza, me pregunto continuamente como puede todo estar tan mal. Me siento preso de una especie de grotesca pesadilla, pues todo lo que hace nada era absurdo, ahora es realidad. ¿Dónde está el sueño de la soberanía popular que nos traía la democracia? ¿La igualdad de oportunidades? ¿El triunfo de la justicia, del merito por el esfuerzo y capacidad y no por casta, herencia o padrino? Recuerdan el complejo del sur... El sueño de sentirnos verdaderamente europeos... ¡jajaja! ¿Verdad que tiene gracia? Lo de Andalucía es muy doloroso para mí, pues quienes gobiernan han recibido mi voto muchas veces; y ahí están, de izquierdas de boquilla, únicamente dan muestras de estar preocupados en lo suyo. De los sindicatos de clase; prefiero no decir nada, ya lo he dicho todo y me dan nauseas. Aunque puedo hablar con más conocimiento de esta Andalucía arrebatada por una casta de nuevos señoritos, sé que igualmente o parecido ocurre en otras comunidades, diputaciones, ayuntamientos... Y qué decir del Parlamento Nacional, de sus entregadas señorías. Del gobierno anterior y el actual, de la derecha e izquierda. Si parece igual a quien votes. Fíjense en los "comunistas revolucionarios y radicales" de Izquierda Unida como "están cambiando" las cosas en Andalucía. Una Andalucía en la que en su primer estatuto autonómico exponía objetivos básicos (art. 12) como: facilitar la participación de todos los andaluces en la vida política; la consecución del pleno empleo en todos los sectores de la producción y la especial garantía de puestos de trabajo para las jóvenes generaciones de andaluces; la justa redistribución de la riqueza y la renta; o el desarrollo industrial, como fundamento del crecimiento armónico de Andalucía. Alcanzado los objetivos, solo hace falta ver las estadísticas para ver el gran éxito logrado, se superaron a sí mismos con un nuevo estatuto, que básicamente se parece más una ley orgánica del funcionamiento de la administración andaluza que una carta de buenas intenciones. Ahora los objetivos políticos están más definidos, lo importante no es la gente de Andalucía, es su solar, el cortijo. La identidad andaluza no está en su cultura sino en sus competencias ¿no? Repito, esto no ocurre aquí y con estos gobernantes solamente. Por eso llego a la triste conclusión que se ha generalizado en este país un tipo político que actúa como clan, familia o casta que busca convertir a las administraciones públicas en instrumento para su provecho. Hasta el extremo de que ya casi no hay funcionario que pueda tomar una puñetera decisión por muy técnica que sea, si no ha sido puesto a dedo; cuando no ocurre, que la decisión viene de personal externo no funcionario como son las nuevas agencias. Por eso mantienen el concurso de méritos paralizado desde hace más de un año, para colocar a dedo a su gente allí donde haga falta, mientras se pasan por el arco del triunfo decenas de sentencias que recurren a base de gastar dinero público para ganar tiempo; así pasan las legislaturas hasta que la justicia les obliga a rectificar, y entonces vuelta a empezar, se sacan otro decreto y nuevamente hacer lo que les da la gana. Así consiguen mantener a su antojo casi toda la administración: su personal y su presupuesto. No se trata de individuos corruptos, de cuatro golfos como decían del asunto de los ERE, está todo planificado desde las estructuras de los partidos que gobiernan o pueden gobernar. Es en las juventudes de estos partidos en donde se generan estos personajes incultos, soberbios y sectarios incapaces de reconocer sus errores y obsesionados con alcanzar el poder; es la aberración de la democracia, al permitir que estos ninis puedan empezar una carrera mucho más segura y lucrativa que cualquiera que se estudie ahora en la universidad, porque aquí la política se ha convertido en una profesión vitalicia. ¿Y cuáles son los valores que se tienen en cuenta para colocar a estas jóvenes promesas? Lo diré de esta manera: las contrarias a las que marca la Constitución para el acceso a funcionario de carrera en este país. Más claramente, la familia natural y aún más la política (nunca mejor dicho) ya que como en la mafia se asegura la obediencia al padrino. Lo que ocurre después es que estos colocados van multiplicándose, ya que el colocado busca colocar a su esposa, a sus hermanos, sobrinos... pues la vida está muy mal y el joven que tiene la suerte de poder trabajar sólo puede aspirar a hacer muchas horas y aguantar mucho para tener en el mejor de los casos un sueldo de poco más de 1000 euros. Incluso sus propios hijos que pueden ir a buenos colegios y formarse en las mejores universidades no podrán sustraerse de la ayuda de papá partido, ya que hay mucha gente bien formada y brillante que cobra sueldos inferiores a los 2000 euros al mes y así no se puede llevar la vida de papá. Además del gusto que da el que un coche oficial te recoja en casa, que te traten con sumo respeto gente muy importante, esas grandes comidas pagadas con erario público, esos regalitos de navidad, la continua adulación de míseros y rastreros funcionarios en busca de un puesto de libre designación por tener un poco más de sueldo o vete a saber por qué, con natural arrogancia poder de dar y quitar derechos, autorizaciones o subvenciones a quien te plazca olvidando la normativa y desprecio al principio de igualdad de trato en la Administración. Aún así, hay algo mejor: el Public Self-Service. Una empresa pública con sueldos aún superiores y absoluta discrecionalidad en los fondos, eso sí que es un gustazo. Son una casta, que cada vez se parece más a una mezcla entre la "cosa nostra" y la nobleza del antiguo régimen, ya incluso se casan entre ellos. ¡Ah... la familia! Las sentencias en Andalucía contra la reordenación de la administración repiten contundentemente qué sienten ellos hacía el estado de derecho: desprecio total y absoluto. Desprecio a los principios de igualdad, del mérito objetivo, de la capacidad y de los principios democráticos. ¿Estoy exagerando? ¿Qué pesa más, lo que veo o lo que me cuentan? Por eso digo que me siento muy mal, porque no sólo no quiero creer lo que ven mis ojos a diario en la administración, es que soy consciente de que la generalización de la crítica desprestigia al país y deteriora más aún nuestra democracia. Pero en el momento actual siento más bien que ni la algarada callejera de los radicales, ni la crítica severa y generalizada a diario contra toda la clase política, estamentos, instituciones públicas o nuestra democracia; nada, de lo que sale de un pueblo que revienta puede ser peor que seguir por la dirección a que nos lleva esta casta. De seguir así, vamos caminos al abismo. Ojalá gente sensata en los partidos mayoritarios consigan de una puñetera sentarse a dialogar y juntos sacar al país adelante por encima de sus intereses de partido ¿es tan difícil? Si esto no ocurre, no va a ser el pueblo el que estalle en el desorden civil y la anarquía. Ojalá fuese así como único antídoto, antes serán ellos con su sectarismo los que nos arrastrarán al enfrentamiento, los unos contra los otros, como ya ha ocurrió en otras ocasiones hasta terminar de arruinar la España democrática y moderna tan anhelada por nuestros padres. La única esperanza para mí, que a diferencia de nuestros políticos puedo estar equivocado, está en que personas moderadas de cualquier ideología, sepamos captar a más y más gente para que cambien a estos partidos políticos o surjan otros verdaderamente democráticos y se cambie de una puñetera vez esta Constitución para que podamos realmente votar a quien queramos que nos represente y no quien quiera la casta política que, no se me olvide, ya paso además a gobernar la banca y el capital ¿o ha sido al contrario? Antes pasaban a la política los capitalistas; ¿terminarán muchos ninis de izquierda, de sindicato de clase, acomodados en las multinacionales? Quizá confundan la internacional socialista con la globalización capitalista.

sábado, 24 de septiembre de 2011

EL SACRIFICIO DE LOS FUNCIONARIOS


Leo en la prensa el ataque del presidente de la CEOE a los funcionarios y recuerdo como en los boletines oficiales aparecen regularmente estas siglas junto a las de los autocalificados y súper institucionalizados sindicatos de clase UGT y CCOO para repartirse millones en subvenciones de formación para formar no sabemos bien si a los futuros parados o a los cada vez menos afortunados que tienen trabajo. El señor Rosell pide que si a ellos le aumentan los impuestos también lo hagan a los funcionarios; total, somos unos privilegiados por tener un trabajo de por vida; que se lo digan a los profesores funcionarios interinos que van a echar.

Parece que haya que culpar de esta situación al colectivo de los empleados públicos.

¿Acaso los dioses de los mercados se calmarían sacrificando regularmente a algún funcionario mientras el personal roselliano babea de satisfacción?

Parece que me debería considerar afortunado por ser funcionario, aunque yo debo ser tan desagradecido que así no lo entiendo. Soy humilde pero puedo mostrarme orgulloso al decirles que lo que tengo no se me dio y no debo nada a nadie, mi puesto de trabajo lo conseguí únicamente por mi esfuerzo. Supongo que el pretendido desprecio social deriva del pecado de no nacer en una familia bien situada socialmente, no heredamos empresas, ni teníamos padrinos políticos o alguien que nos colocara. Por ello merecemos un castigo, ¿es esa la idea de sociedad de los empresarios de este país o la del señor Rosell? Explíquenme donde está la gracia y razón de que a cualquier ingeniero funcionario de la Junta de Andalucía le sea incompatible el poder ejercer como empresario o practicar la libre profesión y que, por tanto, no puede por ello tener otros ingresos, lo que le lleva a que frecuentemente tiene que cobrar menos que uno de aquellos albañiles o fontaneros de los que te preguntan después de hacerte una chapuza en casa, con IVA o sin IVA; por no hablar del sarcasmo de que un administrativo de UGT enchufado en la fundación pública FAFFE cobre más sin aprobar una oposición; o que cualquier cargo político, que puede ser tu propio jefe, no sólo no tiene incompatibilidad para ser empresario potencialmente defraudador sino que además puede sumar cargo tras cargo y sueldo tras sueldo recibiendo además dietas hasta por salir en la procesión de Semana Santa. No quiero que se olvide que el poder tiene dos patas fácilmente confundibles, una política y la otra económica y, fíjense que casualidad ¿donde están ahora los dos anteriores líderes políticos de la derecha y la izquierda, los presidentes de nuestra nación? Y cómo están en Italia con el empresario Berlusconi. ¿No son los empresarios responsables de sus actos, de los sueldos de sus empleados? Entonces ¿Por qué será que no empiezan pidiendo similar responsabilidad a los cargos políticos? Aún espero escucharles exigir que el nombramiento de los altos cargos obedezca siempre a mérito y capacidad como es preceptivo con todos los funcionarios públicos; me gustaría no oírles criticar el gasto de mantener plantillas supuestamente elevadas de funcionarios de la Administración General y sí criticar directamente a esos Ayuntamientos y Diputaciones que pagan a sus funcionarios sueldos que doblan o triplican a los del Estado o Junta de Andalucía, en lugar de eso les gusta meternos a todos en el mismo saco; digan claramente que en donde hay que recortar gasto es con los miles de asesores externos, choferes, y personal de la administración paralela a donde van a colocar a los suyos los partidos en el poder con sueldos y prebendas superiores a los de los altos cargos de la Administración.
Como se explica que no digan que lo que faltan son funcionarios honestos e independientes con dedicación pública, y sobran enchufados serviles al partido; qué no exijan que la Administración como ellos hagan más con menos, no critican el despilfarro, no asumen una autocrítica por ser muchos empresarios coparticipes de la politización de las administraciones al buscar el trato de favor ante las administraciones, rompiendo el principio de igualdad que marca la constitución. Tampoco he visto a la CEOE hacer la autocrítica de reconocer haber sido elemento fundamental, indispensable, y muchas veces alentador de la corrupción política; del elevado fraude fiscal que afecta a su colectivo no sé si únicamente porque pueden o dado que se da por cierto que mientras Dios creó a los funcionarios dotados para la holgazanería a los empresarios los dotó para defraudar al fisco.
Supongo que todas estas preguntas esconden una misma cuestión, los poderosos en las sociedades como la nuestra, ya sean cargos políticos o empresarios, aún tienen ciertas limitaciones, cortapisas para tener todo el poder: un grupo de funcionarios públicos independientes.
Las declaraciones del presidente de los empresarios forman parte de la soterrada e insidiosa campaña de desprestigio de lo público, de lo legal, de la igualdad entre ciudadanos, que está detrás de esta manga ancha para los ricos y poderosos en detrimento del resto de los ciudadanos. En un estado democrático, social y de derecho como dice nuestra Constitución, la Administración es un instrumento para conseguir que el poder de los favorecidos tenga sus límites; el ciudadano debería de darse cuenta que la sociedad ha creado en la separación de poderes y en la independencia de los funcionarios públicos las herramientas para frenar los abusos de los poderosos. Desgraciadamente el conformismo imperante debilita a esta sociedad, somos como esos corderos mansos movidos al unísono por la voz del pastor, temerosos de separarse (en soledad) de los límites del rebaño marcados por los perros y lobos.

El buen ciudadano aprende a conformarse con la sensación de libertad que nos da el poder elegir lo que echamos en el carrito del súper, a sentir el poder que te otorga el mando a distancia de la tele. En lo superficial disponemos de un poder grande que contrasta con el que cada cuatro años tenemos para elegir entre unas listas de individuos e individuas que no conoces a pesar de los millones en publicidad electoral. Por lo demás las promesas son siempre las mismas, se ponen muy estupendos. Tú, no votas a nadie, sólo miras unos símbolos o unas siglas en el encabezamiento de la papeleta, quizás puedas pensar en alguien que raramente esté en tu circunscripción, y sin más coges la papeleta y la metes en la urna. No conoces ni de oídas a la mayoría, y aunque les votes no van nunca a mostrar interés en saber que es lo que piensas de la gestión pública, de las leyes que se pueden llevar al parlamento, para ellos no eres mas que parte del ganado al que hay que engatusar y que religiosamente pagamos con nuestros impuestos sus altos sueldos y beneficios sociales.
Tampoco te puedes plantear que pueda ser distinto, pues estos que tú crees que votas, estos señores y señoras van a obedecer a quien le puso en la lista, que no has sido tú, sino el partido ¿y a quien obedece el partido?

En las grandes tomas de decisiones, los gobernantes olvidan quien les votó, la ideología, y obedecen al poder de entes impersonales a los que deben respeto. Es el poder de los eufemísticamente llamados "mercados", una sumatoria de intereses que ejerce una labor metódica y constante a través de los medios políticos y de comunicación. Presionando siempre en el mismo sentido, su persistencia de baja intensidad hace que sea para la mayoría imperceptible, controlan la Administración y controlan los medios de comunicación,
El sistema parece perversamente meticuloso, ataca donde puede hacer más daño público, desprestigiando a la justicia y especialmente a la del Contencioso Administrativo, saturada de trabajo por la falta de medios y personal. Ha lastrado con cantidades similares de incompetencia y tozudez a la Administración General para volver incapaces a los funcionarios, para así justificar ayudas externas que encarecen y dificultan aún más la eficacia de la Administración; también saturados están los centros públicos de enseñanza obligatoria, desprestigiados, minusvalorados socialmente sus profesores haciendo que no valga para nada su esfuerzo sino es el de pasar la mano para que en las estadísticas se maquille el fracaso escolar, potenciando aún más que el nivel de nuestros escolares quede a la cola de Europa. Se recorta en la educación de nuestros hijos, pero no se impide el agujero de las televisiones y radios autonómicas y locales que ya solo falta que administren drogas a nuestros hijos para hacerlos más estúpidos, como por otro lado quizá ya hayan conseguido con los votantes pues, no se entiende que haya paz social con tanta desafección con los servidores públicos, tanto apego a la tele basura, tanta mediocridad intelectual en los políticos, tanta chulería, tanta moral rastrera, tanta prostitución de las ideologías políticas, tanta hipocresía de servicio público apesebrado, tanto lujo y boato cateto, tanto paniaguado en los entes públicos, tanto payaso en el circo político-mediático en que se han convertido los parlamentos, el inútil senado, tanta diputación y ayuntamientos de reyezuelos y cortijeros con cohorte de lameculos y bienpagados… Mientras, las arcas públicas se desangran con los fuegos de artificio administrativo, lavados de imagen con dinero público, millones en subvenciones para amansar a los sindicatos, regalías a los medios de comunicación, a los mismos periodistas, para maquillar la ineptitud, la mediocridad del poder, cubrir el fracaso de una sociedad de la apariencia. Todo esto es lo que se transmite a la sociedad, a nuestros jóvenes, para perversamente, después de enseñarles el poco interés que deja el estudio, señalarles el camino del triunfo mediante la impostura, la falsedad, el cinismo y la sumisión a los grandes poderes formales: PSOE S.A. y PP S.A. Que han politizado a la Administración como instrumento propio del partido y llegado más allá utilizando el poder ejecutivo para infiltrarse en los poderes económicos a través de las cajas de ahorros, a través de las empresas públicas en las que se colocan a personal de currículo “de partido” sin importar su competencia, su merito o capacidad.

No me extraña que parezca acaba la labor de servicio público de nuestros presidentes Felipe González y Aznar. Me pregunto cuándo se acabó este servicio público.
¿Realmente sienten que ahora trabajan para negocios distintos?


jueves, 19 de mayo de 2011

Ingredientes para acabar con la democracia

Pienso en lo que el ciudadano ve a diario.
Crisis económica: alta tasa de paro, subida de precios...
Recortes de derechos sociales: Bajadas o congelación de sueldos y jubilaciones, precariedad laboral, pérdida de la vivienda...
Injusticia social: Aumento de la diferencias sociales entre ricos y pobres, desprestigio de la justicia, desprestigio de las administraciones públicas, privatizaciones, pérdidas de bienes públicos, degradación ambiental...
Corrupción, negación de los abusos, uso de los cargos públicos en beneficio propio y del partido, nepotismo, enchufismo de afiliados y amigos para salvar los controles en las administraciones, falta de transparencia en las cuentas públicas, fondos de reptiles, reservados, ocultos...
Autoritarismo de los gobiernos de izquierda, desafección con los obreros, supeditación de toda la política a la defensa de la banca, grandes corporaciones y los mercados.
Desafección de los sindicatos de izquierda con los trabajadores, apoyo del gobierno en contra del interés público.
Expolio de las arcas públicas: grandes sueldos, enorme gasto institucional en propaganda, comidas, viajes con simpatizantes; dinero para callar bocas de intelectuales, sindicatos, ongs, periodistas; gastos suntuarios, vehículos oficiales, telefonía móvil, visas, creación de entes públicos empresariales y fundaciones para colocar a los amigos, ejércitos de liberados sindicales, administraciones paralelas de enchufados, duplicidad administrativa, cargos públicos ajenos a la administración elegidos sin contar con su capacidad ni eficacia acompañados por equipos de asesores sin mérito ni capacidad...

Todo esto es el punto de partida. Ahora aparece la rebelión de la ciudadanía pidiendo cambios. Y la respuesta a esperar es la negación de la clase política a esos cambios, continuación con el engaño, perpetuación de los mismos en el poder, cada vez más prepotentes, ineptos e inútiles esperando a que escampe el chaparrón pues podría revertirse la crisis y el adormecimiento haría volver el rebaño al redil.
Pero también puede empeorar todo, y aumentar el radicalismo y la lucha social contra el sistema.
En este punto estamos y lo saben. Por primera en estos meses vez vemos preocupado al Partido Popular, que espera recibir al Gobierno de la Nación, pues no es para menos, estos ninis se la pueden liar parda en el poder.
Si la reacción del poder es violenta, la respuesta lo será más aún. A río revuelto se aprovechan los violentos, los nacionalistas periféricos, los centralistas, los extremistas, los integristas, los radicales, los que esperan su momento para atacar la democracia y ¿llevarnos al marasmo del totalitarismo?
Es probable que ya no haya marcha atrás y la indignación suba de nivel. La desesperación de la generación de jóvenes perdida, al llegar a la edad en la que deberían tomar el poder político puede exigir con agresividad: "No queremos nada de lo que nos ofrecéis, no nos vale el sistema que nos ha expulsado, no nos vale vuestra democracia". Quedan dos caminos, hacer el cambio desde dentro con los dos partidos políticos mayoritarios y revitalizar la democracia o resistirse y dejar que sea el mismo sistema político el que traiga el cambio hacía el restablecimiento de la verdadera democracia o... ¿la vuelta al "orden preconstitucional" ?
En esta situación ¿quién apoya a la democracia? Los mercados no van a ayudar nada, son ellos los que nos empujan a esta situación límite (como a Grecia o Portugal) ellos no necesitan de la democracia y probablemente tampoco les beneficia la separación de poderes, el estado social y de derecho, solo la apariencia y la calma, pues no les interesa la corrupción generaliza y el sectarismo que abanderan los líderes políticos más inteligentes y experimentados cuando escalan puestos sobre una red clientelar ruin. En el mejor de los casos, la paradoja de la democracia interna de estos partidos psedodemócratas, podemos encontrarnos con el caso del que asciende gracias al único mérito de no pisar un callo, el mediocre inexperto que sabe esperar su oportunidad a la sombra de los lideres para dar el salto mientras el resto cae en la lucha. Éste, como el colocado a dedo, aupado al poder por "democracia interna" puede ser un títere, un tonto útil para los intereses de unos pocos y colocar a la sociedad en un descontento aún mayor.
La democracia española actual está enferma y la solución desgraciadamente es compleja. Hace falta un nuevo sistema electoral ya, que dé verdadera representación al pueblo, y una nueva Constitución o nos acercaremos peligrosamente al abismo.